martes, 17 de diciembre de 2013

El origen de la bandera de Europa

En los años 50, después de leer el libro del Apocalipsis [12,1: Un gran signo apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza], el pintor alsaciano Arsène Heitz decidió diseñar una bandera común para todo el Viejo Continente y presentar su modelo al Consejo de Europa que tiene su sede en Estrasburgo, capital de Alsacia: un círculo formado por doce estrellas de color dorado –número que suele identificarse con la perfección (los hijos de Jacob, las pruebas de Hércules, los meses del año, los signos del zodiaco, etc.)– dispuestas sobre fondo azul. Aquella propuesta fue muy bien recibida y la Asamblea Parlamentaria [PACE] la aprobó por unanimidad el 25 de octubre de 1955; mes y medio más tarde, el 9 de diciembre, los 14 países que por aquel entonces integraban el Comité de Ministros del Consejo de Europa decidieron adoptar este emblema que, finalmente, fue proclamado de manera oficial el 13 de diciembre de 1955 en el Château de la Muette, cercano a París; y, en 1958, la nueva bandera lució por primera vez durante la celebración de la Exposición Universal de Bruselas; es decir, desde su origen, la bandera europea ha estado formada por 12 estrellas, en contra de la opinión generalizada de que éstas se iban añadiendo con cada nuevo Estado que se incorporara a la Unión Europea –por otra parte, una organización ajena al Consejo de Europa [institución intergubernamental formada por 47 Estados europeos, incluyendo a los 28 de la UE]– hasta que Portugal y España se adhirieron en 1986 y se decidió cerrar el círculo con una constelación compuesta por una docena de estrellas. Esta idea no es más que un falso mito. Desde su creación, la bandera europea siempre ha tenido 12 estrellas, simbolizando la unidad y armonía de los pueblos.

La bandera europea se estrenó junto al Atómium en la Expo de Bruselas de 1958

El 28 de abril de 1983, otra institución paneuropea, el Parlamento Europeo [órgano legislativo de la Unión Europea] decidió adoptar también la bandera del Consejo de Europa y recomendó que ésta se convirtiera en el emblema de todas las instituciones de las Comunidades Europeas [anterior denominación de la actual Unión Europea]; en 1985, el Consejo Europeo que se celebró en Milán lo aprobó y, desde 1986, la UE comenzó a utilizar esta bandera como símbolo del esfuerzo colectivo de un continente que defiende la democracia, la defensa de los Derechos Humanos y el imperio de la Ley. Hoy en día, tanto el Consejo de Europa [CdE 47] como la Unión Europea [UE 28] compartimos este símbolo.

En España, la exposición de motivos de la Ley Orgánica 1/2008, de 30 de julio, por la que se autorizó la ratificación del Tratado de Lisboa [que modificó el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea] firmado en la capital portuguesa el 13 de diciembre de 2007, reconoce expresamente que el Reino de España, junto con otros quince Estados miembros de la Unión Europea, ha formulado una Declaración, anexa al Acta Final de la Conferencia Intergubernamental, en la que se señala que «que la bandera que representa un círculo de doce estrellas doradas sobre fondo azul, el himno tomado del ''Himno a la Alegría'' de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven, la divisa ''Unidad en la diversidad'', el euro en tanto que moneda de la Unión Europea y el Día de Europa el 9 de mayo seguirán siendo, para ellos, los símbolos de la pertenencia común de los ciudadanos a la Unión Europea y de su relación con ésta», por lo que la continuidad en el uso generalizado por los poderes públicos y por los ciudadanos de estos símbolos debe entenderse no sólo garantizada sino incluso activamente recomendada.

NB: sobre la leyenda urbana de que se iban añadiendo nuevas estrellas conforme se adherían más Estados, véase el equívoco con la bandera de la CECA.

Y, como curiosidad, en el periodo de entreguerras, Richard Graf Coudenhove Kalergi fundó la Unión Paneuropea con su propia enseña.


El 1 de diciembre de 1951, en Oxford, el diplomático español Salvador de Madariaga también propuso su propio diseño en forma de constelación con las estrellas ubicadas en función de las capitales europeas y Estrasburgo refulgiendo como su faro.


Asimismo, podemos mencionar algunas otras propuestas que tampoco tuvieron éxito, planteadas por Camille Manné, Martin Levy, Erich Muller o Rem Koolhaas.



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